Es una realidad innegable que los pueblos de Latinoamérica , ante la corrupción de la clase política, en sus ansias por mejoras, han abrazado la propaganda anti imperialista que promete igualdad y reformas sociales que se fabrica en Cuba.
Embaucados por los sofismas y las repetidas mentiras que salen de allá, se dejaron encandilar por los maestros de la mentira y en cambio nunca prestaron atención a las advertencias de un exilio supuestamente compuesto por gusanos. Pero la vida es cruel y despiadada y nadie aprende por cabeza ajena. Ahora que despiertan a la realidad del sanguinario sistema de abuso y corrupción, les toca a ellos liberarse del yugo opresor y a la misma vez debilitar la dictadura. Somos compañeros de lucha en el real sentido de la palabra por las circunstancias de la vida.
Hoy nos toca ser comprensivos y seamos nosotros que los anidemos en el seno de los luchadores por la libertad. Todos cometemos errores, es parte de nuestra naturaleza humana. Muchos cubanos también ayudaron a esos bandoleros a asumir el poder, para luego encontrarse en esta pesadilla de nunca acabar.
Hubiésemos preferido que escucharan sobre nuestra experiencia, pero ya es tarde para eso. Olvidemos rencores pasados y debemos unirnos, proyectando nuestros esfuerzos por un mundo mejor.
Embaucados por los sofismas y las repetidas mentiras que salen de allá, se dejaron encandilar por los maestros de la mentira y en cambio nunca prestaron atención a las advertencias de un exilio supuestamente compuesto por gusanos. Pero la vida es cruel y despiadada y nadie aprende por cabeza ajena. Ahora que despiertan a la realidad del sanguinario sistema de abuso y corrupción, les toca a ellos liberarse del yugo opresor y a la misma vez debilitar la dictadura. Somos compañeros de lucha en el real sentido de la palabra por las circunstancias de la vida.
Hoy nos toca ser comprensivos y seamos nosotros que los anidemos en el seno de los luchadores por la libertad. Todos cometemos errores, es parte de nuestra naturaleza humana. Muchos cubanos también ayudaron a esos bandoleros a asumir el poder, para luego encontrarse en esta pesadilla de nunca acabar.
Hubiésemos preferido que escucharan sobre nuestra experiencia, pero ya es tarde para eso. Olvidemos rencores pasados y debemos unirnos, proyectando nuestros esfuerzos por un mundo mejor.
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