Entre el los excesos del capitalismo desenfrenado y el marxismo abrumados; entre la avaricia desmedida y la envidia estupefaciente; yace un centro balanceado y equitativo. Un lugar donde el empresario puede disfrutar del riesgo de su inversión y el trabajador del fruto de su sudor. Donde la sociedad protege el derecho de los individuos y los individuos velan por los derechos de la sociedad. Donde la policía vela por el orden publico, protege la ciudadanía y cuida los intereses de los propietarios. Y sobre todo el ejercito defiende la nación de incursiones extranjeras y protege la democracia. En estos momentos cuando la avaricia de los "protectores" del sociolismo, de los socios listos, aparenta opacar la avaricia con la envidia; nos toca a nosotros que comprendemos que un mundo de armonía no es una fantasía pero otra realidad que aquí se puede forjar; dedicarnos cada cual dentro de sus posibilidades a crear ese mundo mejor.
Nos toca tratar, entendiendo que la evolución de las sociedades toma tiempo, generaciones. Hasta que la sociedad madure y tome su rumbo adecuado.
Una sociedad que ha alcanzado la madurez y se rige por las premisas de la democracia, derechos humanos, el respecto mutuo y al orden publico; puede alcanzar un medio ambiente positivo aunque imperfecto, donde sus ciudadanos pueden vivir en paz y armonía.
Nos toca tratar, entendiendo que la evolución de las sociedades toma tiempo, generaciones. Hasta que la sociedad madure y tome su rumbo adecuado.
Una sociedad que ha alcanzado la madurez y se rige por las premisas de la democracia, derechos humanos, el respecto mutuo y al orden publico; puede alcanzar un medio ambiente positivo aunque imperfecto, donde sus ciudadanos pueden vivir en paz y armonía.