Sin duda alguna la tumba mas visitada en el Cementerio de Colon, en la Habana y posiblemente en toda Cuba es la conocida popularmente como “la milagrosa”. Esta es una historia de amor y de tragedia. Sucede que Amelia Goyri de la Hoz pertenecía a una familia de “buena posición” y desde joven se enamoro perdidamente de un primo. La familia se opuso a esa relación puesto que en primer lugar eran primos y en segundo el muchacho no tenía la misma buena posición.
Tras la muerte de su padre, Amelia logro casarse con el hombre que amaba a los 23 años. Sin embargo su felicidad duro muy poco, un año después de casados Amelia murió mientras trataba de dar a luz su primer hijo que tampoco sobrevivió.
La mujer fue enterrada con el niño muerto colocado a sus pies, como era costumbre de la época en estos casos. Cuenta la leyenda que tiempo después al destapar la tumba para realizar la exhumación, el niño apareció en los brazos de la madre.
El desconsolado esposo José Vicente Adot tomo la costumbre de visitar su tumba todos los días y pasaba horas hablando con la difunta Amelia como si ella estuviese viva. Le contaba sus penas, su acontecer diario y le pedía ayuda y consuelo. Los curiosos lo miraban hacer esto día tras día y como el acariciaba la tumba y daba pequeños golpes en la lapida con la aldaba de bronce. Cuando se retiraba, caminaba de espaldas, siempre de frente a la tumba hasta perderla de vista.
Cuentan que paso el tiempo y el viudo continuo realizando estas visitas al cementerio todos los días y que por otra parte logro una mejoría económica y que en general le fue bien desde el punto de vista financiero.
Quienes le veían a diario comenzaron a acercarse a la tumba, a llevarle flores y a imitar lo que hacia el viudo, acariciaban la tumba, daban unos toques con la aldaba en la lapida, pedían a Amelia lo que querían que les concediera y se despedían caminando sin darle la espalda a la tumba. Así se fue formando la leyenda.
Son miles de personas las que han acudido a pedirle ayuda a la famosa milagrosa y muchos aseguran haber recibido sus milagros. En especial acuden muchas mujeres que han perdido toda esperanza de quedar embarazadas y le han pedido un hijo a la milagrosa que les ha concedido el milagro.
En varias tumbas alrededor se pueden ver las muestras de agradecimiento de sus fieles devotos que les agradecen por su casa, por su trabajo, por su viaje sin contratiempos por el estrecho de la florida y por toda clase de milagros concedidos.
Emotiva historia de amor.
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